Cuenta la leyenda que hace muchos siglos atrás, por los años 200 a.C. en la antigua China. Durante la dinastía Han, el líder y guerrero Cheung Leung necesitó idear una forma para obtener recursos. Los cuales le servirían para continuar con las guerras de la época.
Aunque sus inicios son de origen asiático, la palabra Keno proviene del latín o francés Quini y Quine. Estas significan cinco, y hace referencia a los 5 números con los que se jugaba. Estos dígitos estaban incluidos en la versión original de este juego.
Ya para ese tiempo la guerra había acabado con el chance de aportar de todos los habitantes. Aumentar impuestos o exigir más a sus residentes era impensable, por lo que una idea de un juego surgió. Esta visión tocaría los cimientos de la misma historia china, pues se dice que ayudó al forjamiento de la gran muralla.
Esta especie originaria del juego de lotería usaba un total de 120 símbolos del alfabeto chino. Cinco de estos debían ser elegidos antes por los jugadores para llevar a cabo el sorteo. En su época era conocido como “el juego de la paloma blanca”, ya que según se creía utilizaban palomas mensajeras. De esa manera comunicaban los resultados en las aldeas lejanas. Esto también los convirtió en una fuente de ingreso crucial del ejército.
El keno moderno
En algunas aldeas los nativos jugaban un poco distinto, pues lo hacían con hojas impresas con caracteres chinos. Estos contenían los primeros 80 símbolos del Clásico de los Mil Caracteres, poema didáctico chino para enseñar a los niños. Por esta sencilla razón, el juego de Keno actual mantiene ese mismo número de signos en la China moderna.
Tras cruzar los inmigrantes chinos el Océano Pacífico para ayudar a la construcción del Primer Ferrocarril Transcontinental en América. A principios del siglo XX el juego fue un éxito en la ciudad próspera de San Francisco. Fue necesario incorporar cambios para facilitarlo a los nuevos jugadores americanos que no comprendían mandarín. A su vez fue apodado como Race Horse Keno en los años 30, en las Vegas, pues eran ilegales las loterías. Este disfraz duró hasta la legalización de estas y pasó a llamarse “Keno” de manera definitiva.
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