El poker caribeño es una modalidad de póker en la que jugamos contra la casa. Es la principal diferencia entre el caribbean poker y el clásico o el Poker Texas Holdem. Aquí, a pesar de estar todos en la misma mesa, cada jugador debe jugar contra la banca.
Para empezar a jugar al poker caribeño, deberemos realizar una apuesta ciega llamada “Ante”. Es obligatoria para comenzar la jugada, por lo que siempre está presente en el juego. Una vez realizada esta apuesta, el crupier nos repartirá 5 cartas boca abajo. Él también recibirá 5 barajas, pero una de ellas estará boca arriba.
Ahora es el momento de decidir si queremos seguir jugando o no. Si continuamos en el juego, debemos realizar una segunda apuesta llamada “Bet”. Esta será siempre el doble de lo apostado en la apuesta “Ante”. En caso contrario, si no seguiremos jugando, automáticamente perderemos la apuesta “Ante”.
Resolución de la mano
En caso de que lleguemos al final, enfrentaremos nuestra mano a la del crupier. Si resulta ser mejor, ganaremos ambas apuestas. La apuesta “Ante” es pagada siempre 1 a 1, es decir, doblamos nuestro dinero. En cambio, la “Bet” se paga según el esquema de pago del caribbean stud poker. Cuanto mejor sea nuestra mano, mayor serán los pagos.
En el poker caribeño es necesario que la mano del crupier sea de como mínimo un As y un rey. En caso contrario, no se abre la comparación con la nuestra y se nos paga automáticamente la apuesta “Ante”. En el caribbean stud poker no se puede cambiar cartas. Las cinco que recibimos al iniciar la partida serán las nuestras. Si no tenemos una buena mano, podemos retirarnos para minimizar las pérdidas. Pero en ningún caso es posible descartar las barajas y recibir nuevas.