26- Octubre-2021
En cualquier charla con amigos sale siempre el tema de lo fácilmente que se va el dinero. Por ello, es crucial planificarse y gastarlo de manera inteligente, para asegurarte de que consigues tus objetivos personales y financieros.
Es habitual encontrarse con extremos. Desde el que vive siempre bajo mínimos esperando a que le ingresen la siguiente nómina, al que no gasta ni un céntimo y se obsesiona con ahorrar. Cualquier experto te dirá que ambos casos son malos. Hay que disfrutar de la recompensa que se obtiene por el trabajo, pero sin perder de vista el mañana.
A continuación, se dan algunos consejos para gestionar tu sueldo de manera eficiente.
Al principio del mes, deberías hacer una previsión de lo que vas a gastar. Asigna una cantidad de dinero para el alquiler o hipoteca, facturas fijas y gastos esporádicos, y síguela a rajatabla. Si quieres darte un capricho y aún no has gastado tu presupuesto, adelante. Pero si ya andas corto de fondos es mejor que lo dejes para el próximo mes.
Algunas personas aplican la regla del 50 – 30 – 20. Gastan la mitad del sueldo, ahorran el 30% e invierten el 20% restante. Dentro del 50% que gastan definen claramente cuánto se va para cada cosa y cuánto se queda disponible para caprichos e imprevistos.
Seguir una estrategia de este tipo te garantiza que siempre estarás ahorrando e invirtiendo algo. Mientras que la gente que no se planifica tiende a ahorrar o invertir “lo que les sobra”. Y esto suele llevarlos a gastar mucho más de lo que deben.
Invertir es hacer que tu dinero trabaje para ti. En lugar de tener ahorros acumulados, es recomendable hacer algo con ellos que te de un rendimiento. Así, evitarás que pierdan valor debido a la inflación. Recuerda que cada año, el precio de la vida sube. Y cada vez, tu dinero vale menos.
Algunas formas de inversión son crear algún negocio que puedas gestionar a tiempo parcial, o delegar en otra persona. También comprar acciones o invertir en el mercado forex.
No hay nada peor que acabar comprando un montón de cosas que no necesitas. Esto se aplica tanto a elementos personales como a artículos necesarios para el día a día. ¿Vas a tiendas de ropa a ver lo que hay, o vas porque necesitas comprarte una prenda en concreto? En el primer caso, tienes más probabilidades de acabar con una bolsa llena de ropa bonita y llamativas, pero que muy probablemente no necesites.
¿Haces una lista antes de ir al supermercado? Así podrías evitar distracciones y comprar los alimentos que realmente te hacen falta para pasar la semana. En caso contrario, es fácil terminar con el carro de la compra lleno de refrescos y snacks. Que, además de suponer un gasto extra, no son nada buenos para la salud.
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